viernes, 2 de julio de 2010

La declaración perfecta...

Respecto a la no celebración de su cumpleaños número 26, debido a que sus "compas" no tocarían el sábado 19 en La Zona por alguna razón desconocida y lo más probable es que el viernes 18 se tomaría unas chelas en el Boogie House, mi mentesilla comenzó a imaginarse algunas posibles situaciones de lo que podría suceder aquel viernes por la noche.

...Mientras en el Boogie se escuchaba el rock blues que tanto le fascina, Morrison ya llevaba unas cuantas cervezas y se sentía un poco intrigado, la decisión que estaba a punto de tomar podría perjudicar o beneficiar su amistad con una chica que tenía tiempo conociendo, tras una larga plática con los amigos, él comenzó a contarles sobre ella, lo que le gustaba, lo que lo volvía loco y sobretodo el miedo que lo inhibía a mostrarle su cariño.

Su rostro, sus gestos y su expresión corporal hicieron que la música se dejará de escuchar, tal era la pasión con la que hablaba de ella como aquel actor que roba totalmente la atención de su público,  parecía un cuenta cuentos y sus espectadores niños enlelados con la historia fantástica que les narran... un trago más a la cerveza y dijo -pero a pesar de todo esto, siento que ella tiene miedo, porque no creo que quiera estar a mi lado a sabiendas que tengo un hijo y que quiero ir a buscarlo, es mejor dejar las cosas así-

Él, no se había percatado que un viejo amigo le escuchaba desde un rincón, -hacia tanto tiempo que no te escuchaba hablar así de una mujer, nunca pensé que Diana pudiera robarte suspiros, muchos menos creí que fueras a encontrar a una chica que pudiera hacerte sentir mejor que Laura-.

Morrison se quedó callado, suspiró y dijo -no Gargo, yo tampoco pensé que encontraría semejante criatura en este mundo, una que me hiciera ya no querer recordar a Laura y mucho menos quiero que vuelva porque siento que podría perder a Diana para siempre. Por eso no debo decirle cuanto le apreció y cuanto quisiera estar con ella, que fuera mía, porque su amor es tan grande, que si Laura regresa Diana me dejaría ir sin pensarlo dos veces-.

-Por esa razón, tenemos que ir a buscar a Diana y tienes que decirle que la amas-, -¡así que todos vallamos, llevemos serenata y Morrison le declarará su amor!- gritó el Gargo a quienes aún estaban en el bar.

En el camino Morrison trato de desviarse un par de veces para no llegar a casa de ella, ya que iban a pie el Gargo le convencía de que lo hiciera de una buena vez, al llegar a la casa, él dudó de tocar el timbre por lo que prefirió gritar -¡DIANA!- sin embargo, ella no lo escuchaba, pero el seguía gritando hasta que se dio por vencido...

Dentro de la casa Rosario una amiga de Diana corrió a despertarla y avisarle que alguien estaba gritando en la calle su nombre, que parecía que era Morrison y que venía acompañado de varias personas, a pesar de la emoción que sintió en ese momento, no quería salir, pues tenía miedo de lo que él le fuera a decir, las chicas la convencieron y finalmente, cuando él estaba a punto de irse ella salió y dijo -Morrison, ¿que pasó?-, el se volvió diciendo -no nada, perdón por despertarte, no lo vuelvo a hacer, sólo que estoy un poco ebrio y me dieron ganas de verte, es todo-.

Él se encontraba a media calle, con su cabello suelto sus botas negras, pantalón de mezclilla una playera oscura y una chamarra negra de piel, de pie con la manos en los bolsillos del pantalón, agachado sin atreverse a verla, ella estaba descalza con un pantalón negro, una blusa en color beige y el cabello suelto, se acercó a él y agarrándole la cara logró que él la viera, con una sonrisa le dijo -cosa, no creo que agachado vayas a poder verme mensis- y los dos rieron en ese momento, un abrazo fue el pie de entrada para que los amigos de ambos aplaudieran y cantaran victoria.

-Es que yo sólo quería decirte que te amo, y que quisiera que estuvieras conmigo mucho tiempo-, dijo Morrison en un casi susurro, por lo que ella simplemente contestó, -sabes que yo también te aprecio muchísimo, que quiero estar junto a ti, y sobretodo entiendo tu situación y miedo así que sí algún día regresa, te apoyaré como siempre lo he hecho, y sí, si quiero estar cont...- él no la dejó terminar de hablar cuando tomó su cara entre las manos y le robó un beso apasionado-.

Parecía que todo estaba planeado, pues mientras se besaban apasionadamente, se soltó una tormenta que en unos instantes los empapó de pies a cabeza. Al separarse y sonreír, ambos dijeron te quiero...

Y esta... es la peque historia que sucedió en un mundo alterno, en mi cerebro y mi imaginación... ya sé el beso es tipo Diario de una pasión, pero ¿a quién no le gustan los besos mojados?